San José, 5 de setiembre de 2025. El Archivo Nacional de Costa Rica abrirá al público el acceso a cinco cajas de archivo que estuvieron selladas por casi cuatro décadas, cumpliendo así el deseo de su donante, la destacada filóloga, pianista y docente Virginia Zúñiga Tristán (1915-1996).
La apertura de este material, que se donó entre 1986 y 1989, revela una colección fascinante de su vida y trayectoria, que ofrece una ventana única a la historia cultural y académica de Costa Rica.
La particularidad de esta donación radica en la restricción que impuso su propia benefactora, quien solicitó que estas cajas permanecieran selladas hasta el año 2025. Con el vencimiento del plazo, el Archivo Nacional se encuentra en proceso de descripción del contenido, que estará disponible para investigadores, historiadores y el público en general, a partir de diciembre del presente año.
Zúñiga Tristán (1911-1996) fue una figura polifacética del país. “Los documentos dan cuenta de una mujer excepcional, que desde sus primeros años comenzó a forjar una carrera exitosa llevándola a dedicar su vida al desarrollo intelectual y profesional”, resaltó Alejandra Chavarria Alvarado, historiadora del Archivo Nacional.
Se encuentran recuerdos de sus diferentes etapas formativas, sus estudios primarios, secundarios y universitarios hasta la conclusión del posgrado y doctorales en prestigiosas universidades de Estados Unidos. Se registran sus facetas como docente universitaria y como directora de la Escuela de Lenguas Modernas de la Universidad de Costa Rica (UCR), de la revista de Artes y Letras y de la revista Káñina.
Igualmente existen indicios de las relaciones que estableció con diferentes personalidades del mundo académico y con instituciones de la vida cultural nacional e internacional, en especial, se destaca su relación con la Orquesta Sinfónica Nacional, institución con la que colaboró no solo a través de sus donaciones económicas, sino también a recuperar su historia a través de su obra “La Orquesta Sinfónica Nacional”, por la que se le otorgó el premio nacional Aquileo J. Echeverría en el año 1992.
Alejandra Chavarría, además destacó aspectos relacionados con su quehacer político partidista y su posición-colaboración en una coyuntura tan importante como lo fue la Guerra Civil de 1948.
Con respecto al significado histórico que tiene una donación restringida y que ahora pueda compartirse, Javier Gómez Jiménez, jefe del Archivo Histórico del Archivo Nacional señaló varios aspectos: la confianza que la donante depositó en la institución garantizando una protección cuidadosa, una planificación consciente y un respeto estricto por los lineamientos legales, y que la apertura del material se convierta en un acto de revelación, memoria y herencia cultural que ahora puede integrarse al acervo histórico.
Las cajas ahora abiertas forman parte de un fondo documental más amplio que incluye libros, revistas, recortes, fotografías y correspondencia personal. Tras la revisión técnica, el Archivo Nacional determinó que los documentos se pueden disponer al público, ya que no contienen información reservada según la legislación vigente.
Javier Gómez indicó que el acceso a estos documentos abre varias posibilidades. Una de ellas está relacionada con la investigación académica, pues la donante dejó correspondencia, apuntes, reflexiones y material invaluable para historiadores de la educación, literatura y estudios culturales en Costa Rica. Por otro lado, el Archivo Histórico del Archivo Nacional incorpora cada año nuevos fondos con valor científico-cultural, y este tipo de aportes enriquecen el patrimonio documental del país.
Finalmente, el material puede utilizarse de referencia para exposiciones, publicaciones académicas, conferencias y cursos sobre historia de la educación, figuras femeninas en la academia o literatura costarricense.
Las instituciones privadas y personas particulares que deseen donar documentos a la institución, deben remitir un ofrecimiento por escrito, atender al personal que realizará el estudio para determinar el posible valor científico-cultural del material, indicar cualquier condición de restricción de acceso o similares previo a efectuarse la transferencia y recibir a quienes trasladarán los documentos. Más información al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Además, de acuerdo con la normativa vigente, el material se conservará con el debido reconocimiento de la persona donante y se garantizarán los mayores estándares en materia archivística y de conservación.
Las donaciones al Archivo Nacional que provienen de personas particulares, como Virginia Zúñiga Tristán, desempeñan un rol crucial en la construcción del patrimonio documental. “Representan un aporte trascendental al acervo de los archivos oficiales y ofrecen a los investigadores una fuente invaluable de información, con respuestas que de otro modo serían difíciles de hallar. Su valor va más allá del respeto histórico, enriquece y diversifica los registros nacionales al aportar visiones íntimas, familiares y académicas que difícilmente aparecen en fondos de entidades”, indicó Gómez.
Con esta apertura, la institución reafirma su compromiso con la preservación y el acceso a la memoria nacional, brindando nuevas fuentes para comprender la vida cultural, educativa y social de Costa Rica durante gran parte del siglo XX.